Restaurante Mil921, Barcelona

Decía el humorista catalán Joan Capri aquello de "abráceme, porque no verá nunca más" (abraci'm perquè no em veurà mai més) y es un poco lo que nos pasó con este restaurante.



Nos parecieron lentos y un poco antipáticos. Sobre todo la señora que hacía las veces de mâitre, a quien parecía que molestábamos. El camarero que nos tocó hay que decir que se desvivió por atendernos.

Tiene una carta que parece fusionar lo japonés con lo mediterráneo pero nosotras fuimos con una amiga japonesa que no sabía, por ejemplo, qué era la sala Tokio...
Huevo

Steak japonés
Pedimos las virutas de salchichón con foie gras y caramelo de Oporto. Y no estaban mal, pero no las acompañan ni con un triste trocito de pan. También pedimos unos langostinos en tempura con salsa de parmesano que estaban muy buenos.

Cayeron varios segundos diferentes: probamos la tarrina de pollo de pagés que no estaba mal pero tampoco emocionaba, un huevo ecológico con crema de parmesano y trufa, steak tartares (tienen medias raciones, punto para ellos) y una ternera ecológica del Pirineo con la salsa Tokio.

El pollo
De postre probamos el canelón crujiente y el "dulce Mil921" que era una especie de briox con helado. Por cierto, también pedimos dos bolas de helado porque eran de Pantera Rosa y de Tigretón y eso, para un grupo nacido en los 70 siempre es una tentación difícil de esquivar.




Lo acompañamos de vino, por supuesto. En general no cenamos mal pero el resumen de la jornada, teniendo en cuenta que nos costó 37€ por cabeza y que tomamos un plato y un poquitín de aperitivo (el salchichón y un poco de langostino) nos pareció caro. Bastante caro. Así que no lo podemos recomendar, porque traicionaríamos el principio de este blog, que es que decimos la verdad. Siempre.


Por cierto, escuchando Rac1 nos abrieron la mente sobre los restaurantes con Steak tartar... ¿por qué hay en todos los nuevos locales? Es, como en su día, la ensalada de queso de cabra... que por cierto ya casi nadie la tiene en su carta. ;)

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